[vc_row][vc_column][vc_column_text]Aunque la novia recibe casi todas las miradas y flashes, el novio no debe olvidarse de vestir bien para su gran día. Si eres esa persona, no debes mostrar ni dejadez ni conformismo. ¡Eres la otra estrella del espectáculo! Muchos estarán pendiente de ti y la mala imagen te hará perder puntos, tantos que podrías echar por tierra el look de la pareja, más aún si no se trata de una boda heterosexual.
Ojo a estos tips y no hagas el ridículo en tu gran día, anda.
1. Evita el traje negro
No está prohibido, pero es más aconsejable el azul oscuro y otras gamas más claras de este tono, ¡sin pasarse! También el gris en sus diferentes vertientes, evitando los extremos. Pero, ¿por qué no el negro si lo han llevado todos los novios que conoces? Porque es más propio de un funeral que de una boda, o de eventos de gala como los Oscar. Vale, en las bodas de noche sí queda bien, pero intenta evitarlo si la tuya se da en otras circunstancias.
2. ¿Cuándo usar esmoquin y chaqué?
El esmoquin es más propio de Estados Unidos, acostumbrados a sus virtudes en las noches de gala y en las bodas de día o de noche. Fuera de allí resulta excesivo y extremadamente llamativo, excepto en algunas bodas de noche o en otras de tipo civil. Pero, si no quieres meter la pata, huye de él.
El chaqué es muy recurrente y te animamos a que lo lleves si quieres añadir clase a tu boda, pero opta por un traje al uso si tu boda es por lo civil. A veces, el exceso de pompa en un evento relajado termina por rozar el ridículo, así que instálate en lo simple si quieres andar sobre seguro. Por otro lado, el uso del chaqué por parte de los invitados cuando no lo impone ningún dresscode es un disparate. No vayas por libre ni dinamites el conjunto con un exceso de prepotencia en la moda. ¿Para qué?
3. Mucho ojo con las excentricidades
Una boda es uno de los eventos más protocolarios del mundo, con normas muy clásicas. Están sujetos a unas condiciones que te puedes saltar, pero que siempre chirriarán si lo haces en exceso. Por ello, no es adecuado confundir una celebración así con una fiesta de disfraces. Y no te sorprendas: muchos novios se sienten especialmente valientes e inspirados ese día, cometiendo errores flagrantes que podrían arruinar los recuerdos de un día mágico.
Así, nada de trajes militares que no corresponden (hay sanciones reflejadas en el Código Penal por el uso indebido de estos uniformes), ni los colores alejados de los tres normales (no imites a Sergio Ramos ni a Messi), ni los brillos que invitan a no quitarse las gafas de sol. Con la corbata sí puedes jugar, siempre y cuando lo hagas con buen gusto.
4. No a la libertad en las camisas
Las camisas son también un amplio escenario en el que los novios disfrutan improvisando. Sujetos a la sobriedad del traje (si no intentan disfrazarse), este es su filón para llamar la atención, pero lo único que hacen es meterse en la boca del lobo. El recomendable es siempre el blanco y, como mucho, el azul celeste, dependiendo del tipo de traje y del juego que le quieras dar. Nada de rojos, morados, verdes… ¡Tampoco camisas estampadas! No estás en el FIB ni en ningún otro festival para hipsters.
5. Controla los complementos
El “cuantos más, mejor” no es un dicho válido para cualquier situación. Pero hay personas sin filtro que siempre quieren más, y más, y más, e intentan abarcar todo lo posible en todos los ámbitos de la vida. Y en una boda sucede lo mismo, porque, al fin y al cabo, la personalidad y el gusto por la moda se ven reflejados en todos los ámbitos de la vida.
¿Qué complementos sí y qué complementos no? Puedes llevar corbata, pañuelo de seda, la consabida flor en la solapa para que te identifiquen como el novio, un buen reloj que aporte elegancia y unos gemelos si tu camisa es de puños reforzados. ¿Los zapatos? No te entretengas: negros de cordones o hebillas y, como mucho, marrones, pero solo si eres un dandy que sabe cómo combinarlos. Sin embargo, los alfileres, los pasadores de corbata, cinturones (si, tampoco), tirantes, pins… ¡STOP! Todo esto que te acabamos de recitar debe estar prohibido si no quieres invitar al personal a colgar sus abrigos sobre ti.
6. Busca tu talla de traje adecuada
Parece una obviedad, pero echa la vista atrás y recuerda esa pregunta que te ha asaltado en muchas bodas: ¿qué le pasa al novio? Probablemente, el traje le quedaba grande o pequeño y ni siquiera él lo sabía. Es curioso, pero muchas personas no conocen su talla, sobre todo si no están acostumbrados a ir de tiendas. Quizá también hayan cogido o perdido peso desde la prueba del traje, por lo que asegúrate de que la talla es la correcta antes de enfundártelo en tu gran día. Si no funciona el asunto, encarga los arreglos adecuados.
Para hacerte una idea de si te queda bien el traje, te ofrecemos una pequeña guía. Primero, la americana: el primer botón debe estar por encima del ombligo; segundo, las mangas: el puño de la camisa debe sobresalir un dedo con respecto al de la americana; tercero, el bajo del pantalón: ¡basta con que roce el principio del zapato!; cuarto y último, el hombro: la costura debe caer sobre el nexo de unión de clavícula, hueso del hombro y brazo.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/4″]
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