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En las bodas, además de los novios, hay muchos más participantes que deben dedicar un cuidado especial a su indumentaria. Los niños también tienen un papel protagónico, ya ejerzan de pajes de bodas o simplemente acudan como unos invitados más. Pero a los niños, en constante movimiento, se les percibe en cualquier momento y por ello es conveniente que cumplan con el protocolo en la medida de lo posible.
Sigue leyendo y descubre cómo vestir a los niños para una boda en tan solo 5 pasos:
1. Diferenciar entre pajes y el resto de niños
En el primer paso es importante diferenciar los papeles de los niños, pues la indumentaria cambia considerablemente. Porque los pajes de boda, es decir, los niños que llevan las alianzas hasta los novios, o que realizan alguna ofrenda similar, se rigen por algunas normas que es importante tener en cuenta. Estos suelen seguir la guía que marcan los novios y que se refleja en el estilo de toda la boda. Sin embargo, uno de los errores que hay que evitar es que la corte de pajes se conforme por novios y novias en miniatura. No hay que disfrazar a los niños en una boda, sino adaptarlos al estilo de la misma sin hacer de ellos una caricatura. Así, caben estilos más formales y otros más boho o hippies, pero nunca una imitación de los novios.
En términos generales, el cortejo nupcial formado por niños suele apostar por los tonos lisos que combinen colores alegres con otros más neutros, como el blanco o el crema, todo ello en tejidos naturales. En concreto, los profesionales aconsejan faldas voluminosas para las niñas pequeñas y unacorona o adorno floral en el pelo; para las mayores, algo más sencillo, como un conjunto de blusa y falda o vestidos de talle bajo. Los niños, con bermudas y blusa tipo pintor rematada con cuello mao, así como el fajín de atar por delante que podría obviarse en las bodas más informales. Sí, ¡los niños pueden ir con pantalones cortos a una boda! Para eso son niños, sin apenas reglas; pero no tomes ejemplo de ellos porque los adultos no deben (sería una ofensa contra el protocolo, la moda y la ley, prácticamente).
En cuanto al resto de niños invitados, en realidad no hay reglas tan cerradas. Depende de sus padres, siempre y cuando no haya un protocolo extremadamente estricto y no se deba desentonar en ningún caso. Y para no jugársela, un pantalón corto y una camisa blanca son suficientes para los niños; para ellas, algún color llamativo siempre queda vistoso y les aportará una alegría especial.
Sin embargo, algunos rangos de edad permiten ofrecer una serie de ideas con las que es bastante fácil acertar. Entre los 18 meses y los cinco años, las niñas estarán muy contentas con vestidos cortos, vaporosos y con vuelo, redondeados con una capa o corona de flores. Ellos, sencillos y acertados con un pantalón corto y una camisa blanca, o más atrevidos con un traje tirolés, muy de moda y no demasiado llamativo.
Entre los cinco y los 13 años, el asunto cambia porque los gustos de los niños empiezan a moldearse. Evidentemente, no aceptarán cualquier vestimenta, por lo que no está de más que les consultes y que te adaptes a su incipiente estilo. Ellas deslumbrarán con materiales de lino, tul plumeti o la batista plumeti y faldas de vuelo. Para ellos, americana opcional y camisas con cuello mao, casi siempre efectivas. Sin embargo, gracias a las licencias de esas edades (más cerca de los cinco años que de los ocho), pueden optar por pajaritas graciosas, corbatas y camisas con estampados o colores divertidos. Siempre y cuando la etiqueta no sea demasiado estricta, los niños podrán disfrutar de cierta libertad.
Par vestir a los bebés, lo mejor es optar por la sencillez, pero dejar un guiño de formalidad. Para ello, peleles de diferentes colores, con o sin estampados, las ranitas y algún adorno en el pelo. Aunque hay madres que colocan pajaritas, corbatas, tirantes, camisas y pantalones a sus pequeños, y puede resultar acertado a la par que divertido. ¿Por qué no?
2. Respetar el estilo de cada niño y su opinión
Es cierto que el protocolo se debe cumplir siempre que se pueda, pero dentro de la moda de los niños en las bodas, las normas pierden fuerza y se expande un mayor campo de actuación. Al fin y al cabo, los pequeños de la casa están abiertos a un mayor juego, improvisación y permisividad gracias a su edad. ¡Todavía les faltan siglos para preocuparse por estas cosas! Pero tampoco hay que olvidarse de vestirles bien.
Además, cada niño tiene un estilo (o sus padres, que a edades muy tempranas viene a ser lo mismo) y resultaría extraño salirse de él, aunque sea por un día. Pero ello no implica acudir a la cita demasiado serio o demasiado informal, sino adaptar ese estilo personal a un evento de estas características. Igual que los adultos optan por chaquetas de diferentes tejidos, camisas llamativas o pajaritas cuando quieren romper con el protocolo, un niño puede hacer exactamente lo mismo, pero con muchas más licencias. Ser un niño en estos actos es mucho más relajado y, a veces, es una suerte.
Por otro lado, es conveniente recordar que los niños no son adultos y que no es necesario vestirlos con trajes o vestidos que anulen su esencia infantil. ¿Por qué hay padres que deciden acabar con su inocencia en la vestimenta tan pronto? Y dentro de esta categoría infantil, también es importante diferenciar su edad. No es lo mismo un niño de dos años que uno de ocho u otro que roce la adolescencia (o que se sitúe en ella). ¿Te imaginas vestir a una niña de 12 años como a una de seis? Te esperaría una bronca importante por parte de la niña (y tendría razón).
Tampoco es bueno descuidar su imagen y simplemente colocarles una indumentaria que cumpla con la función. Ellos también deben sentirse guapos, igual que los adultos, y para ello merecen un lookperfecto. Y aquí también entra la opinión del niño, pues debe sentirse cómodo con la imagen que proyecta y, teniendo en cuenta que en esta época se empieza a desarrollar su autoestima, intentar que el pequeño se sienta bien, increíble, una pequeña estrella de cine. Ellos también quieren lucirse.
3. Utilizar los tejidos y colores de la boda
La boda en sí puede servirnos como guía a todos los invitados para preparar vuestros looks. Para ello, también es importante tener en cuenta las características de la misma, es decir, si es de día o de noche, el lugar de celebración, el ambiente, el estilo…
Si se trata de bodas en la playa, de estilo hippie o campestre, se llevarán los tejidos más lánguidos en blancos, beiges o crema. Y los niños son perfectos para imitar estas tendencias de colores y tejidos. En bodas más formales, los pequeños también pueden ir de etiqueta con prendas clásicas y tonos sobrios.
Es importante seguir esa pequeña guía aunque luego se improvise, sobre todo si los niños forman parte del cortejo nupcial y pretenden no desentonar.
4. Buscar su comodidad
A pesar de intentar introducir a los niños en el ambiente nupcial, actúen de pajes o como meros invitados, estos son niños, con todo lo que eso implica. Por ello, es conveniente dejar el egoísmo a un lado y optar por indumentarias adecuadas para ellos. Los adultos son capaces de sacrificar su temperatura corporal o su dolor con el fin de lucir especiales, pero los niños todavía no están en ese punto, al menos no de manera muy acusada. De hecho, quizá pocas personas reparen en su vestimenta. Así, lo más importante es alcanzar el equilibrio entre la formalidad y la comodidad y, sobre todo, permitirles ser libres ahora que son pequeños.
Esto es importante por la comodidad durante la ceremonia, en la que no querrán sentirse muy agobiados. Pero sobre todo a posteriori, pues los niños se mueven, corren, juegan y están sometidos a su encantadora e incansable impulsividad. En esas circunstancias, lo más importante es sentirse cómodo y no privar a los más pequeños de su naturaleza traviesa. Una boda no es tan divertida para ellos como lo es para ti, por lo que sería negativo privarlos de cualquier oportunidad de diversión. Para ello, tejidos vaporosos, lánguidos y sueltos, que puedan soportar movimientos bruscos y actividades “de riesgo”.
Otra opción es ataviarlos de una forma más formal e incómoda durante la ceremonia, cuando tenga lugar su participación, y después, al igual que hacen los novios, colocarse una ropa más cómoda. Dentro de la formalidad del evento (prohibidos los chándals), este segundo conjunto les permitiría mayor libertad de movimientos y el traje o vestido no correrían peligro en caso de juego excesivo.
5. Respetar la unidad
Los niños que forman parte del cortejo nupcial deben cumplir una serie de normas que, tratándose de los más pequeños, incluyen más licencias que en el ámbito adulto. Estos suelen seguir una indumentaria similar con el fin de mantener una uniformidad cuando se realice el desfile hacia el lugar donde se oficia la ceremonia. También importa para detalles como la sesión de fotos.
Sin embargo, el conjunto puede estar formado por modelos diferentes, siempre y cuando estos guarden similitudes en cuanto al estilo, los colores, los tejidos y el tono de la boda. Teniendo todo eso en cuenta, cada familia puede improvisar y preparar a su niño o niña como mejor le parezca.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space][vc_column_text]Visto en: Zankyou.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]