[vc_row][vc_column][vc_column_text]Ya has recibido la invitación para tu próxima boda, y aunque esta haya llegado por sorpresa o de manera esperada, seguro que has tardado menos de cinco segundos en pensar lo de siempre: ¿qué me pongo?
Para las celebraciones de día, igual que para las de noche, existen reglas que debes conocer. Si después quieres romper el protocolo, estás en tu derecho, pero siempre es mejor saber a qué te enfrentas antes de hacer la guerra por tu cuenta (si es lo que buscas). Así, averigua cómo elegir tu vestido de invitada para una boda de día en solo 5 pasos.
1. Elegir el corte del vestido ideal
¿Qué dice el protocolo sobre el largo del vestido? Para las bodas de día, no se recomienda el vestido largo salvo si vas a tener un papel importante, como el de madrina o de dama de honor, y esta estrategia funciona en cualquier época del año. Y este es uno de los errores más comunes, ya que, con la ilusión de recargarse al máximo para esa boda tan esperada, muchas mujeres se pasan de la raya y se muestran excesivas sin venir a cuento.
Así, la recomendación es un vestido midi por debajo de las rodillas o un mini por encima de ellas. Estos resultan sencillos y originales por el sinfín de opciones que puede mostrar. Ya que las bodas de día son más comunes, las opciones también crecen.
Para una boda de día, el mono también es una excelente posibilidad. Este, mucho menos recargado que el vestido largo, es una apuesta segura.
Sin embargo, los vestidos largos para bodas de día no sobran tanto en bodas de corte bohemio o hippie,generalmente disfrutadas en la playa o en entorno rural. Estos vestidos son mucho más lánguidos y vaporosos, tan ligeros que siempre resultan frescos, y el corte del vestido, enclavado en una estética más informal, no aplica ningún tipo de seriedad extra, habitual en los vestidos largos de fiesta.
2. No olvidar el tipo de evento
Antes de pensar en el vestido, ten en cuenta que estás en una boda y que hay modelos más y menos adecuados. Después puedes hacer lo que quieras, pero lo importante es saber unas cuantas cosas.
Aunque los vestidos escotados quedan fenomenal, quizá una boda requiera un look más discreto para diferenciarlo de algunos eventos más informales. Aunque, evidentemente, depende del tipo de boda. Hoy en día, la informalidad está al servicio de estos acontecimientos, ganando terreno a las bodas tradicionales. En estos casos, el protocolo de la seriedad pueda cambiarse por conjuntos más atrevidos y seductores.
Para una boda, las opciones de invitadas son infinitas. Puedes llevar manga larga, sin mangas o asimétrico. Eligiendo uno u otro modelo, deberás elegir los complementos adecuados para no hacer de menos al vestido, o para destacar otras partes si este no es excesivamente llamativo.
3. Adaptarse al lugar de celebración
Aunque en el pasado las bodas se basaban solo en algunos patrones, actualmente la tendencia ha cambiado y las posibilidades de los espacios son mucho mayores. Por ello, las bodas han cambiado de estilo y los invitados tienen muchas más opciones de jugar con sus looks.
Así, ten en cuenta el lugar de celebración y, por ende, el estilo de la boda para elegir un modelo u otro. En un ámbito más informal, tira de estampados o de vestidos más ajustado, quizá con algún complemento más moderno. Esto es genial para bodas de corte boho, donde el campo o lugares especiales como zonas industriales requieren una vestimenta más desenfadada. En caso de asistir a un evento más tradicional, utiliza un solo color y combínalo adecuadamente con los complementos, dejando a un lado los tonos excesivamente llamativos y buscando la elegancia por encima de todo.
4. Tener en cuenta la forma de tu cuerpo y los colores
¿Cómo eres? Piénsalo antes de comprar tu vestido y déjate guiar por los profesionales.
Para los cuerpos en forma de manzana, lo ideal es el corte recto que evita potenciar la zona de la cadera, normalmente abultada de por sí. En general, si tienes la cintura ancha, los vestidos de cintura alta ayudan a disimular esa parte y dar más importancia a otras con el corte ejecutado en el lugar adecuado. Una falda más voluminosa podría ser una ventaja para ese tipo de figuras.
Para realzar el pecho, las mejores opciones son el corte imperio, que realza el busto, y el corte canesú, que corta por encima del pecho y ayuda a marcarlo de la mejor manera posible. El corte ablusado también ayuda a las mujeres de poco pecho, pues abulta esa parte y, además, disimula las caderas en caso de necesitarlo.
Para mujeres más delgadas, el corte tubo, ajustado y muy sexy, es perfecto para realzar las posibles curvas y, en caso de no tener demasiadas, aplicar una forma más voluptuosa.
Si tienes el torso más pequeño y te gusta la estética vintage, el corte de cintura baja es ideal, pues alarga la distancia entre hombros y cintura y aporta un toque retro perfecto para bodas menos serias.
Las mujeres altas que no quieren exagerar aún más su taya quedan bellas y elegantes con los vestidos de corte asimétrico, perfectos para acortar la figura y no olvidar un ápice de sofisticación.
Para todo tipo de mujeres, el corte túnico, muy similar al recto pero sin marcar tanto las formas, es fantástico y muy versátil. El corte camisero, decorado con botones que incluyen practicidad al conjunto, también quedan como un guante a casi todo tipo de chicas. Y el corte evasé es uno de los mejores para cualquier chica, pues marca sin excederse con las caderas, y además alarga las piernas.
En cuanto al color del vestido, depende mucho del tono y del tipo de la piel, así como del cabello. Las morenas triunfan con el rojo, pero también con los colores intensos en general, como los verdes, azules, granates y violetas. Si combinas melena morena con tez más oscura, prueba con la magia del nude, del turquesa, de los colores metalizados y de las tonalidades tierra.
En el caso de las rubias de piel clara, ninguna fallará con el rojo cereza, el azul cielo, los morados y los rosados al jugar con el contraste o con paletas de colores similares. Para las pelirrojas, que también suelen acompañarse de una tez más pálida, el verde y las tonalidades pastel son claves en su triunfo de cara a cualquier evento.
5. Combinar con complementos
A diferencia de lo que ocurre en las bodas de noche, las bodas de día regalan muchas más opciones en materia de complementos. Y el principal es el diseñado para la cabeza, ya sea una pamela, un canotier,un tocado, un turbante, una corona de flores o una diadema. Por la noche están terminantemente prohibidos si quieres tener alguna posibilidad, pero por el día son complementos geniales. Y, cómo no, deberán estar acompañados de joyas sencillas, olvidando los pendientes o colgantes largos, para evitar saturación y que se quite importancia a su poder de atracción.
Las pamelas deberían usarse más en las bodas tradicionales de primavera y de verano y en los momentos en los que no llueva, ya que, aunque se utiliza como complemento decorativo, su valor inicial es el de proteger del sol. El protocolo dicta que se lleva con un vestido por debajo de las rodillas, volcado hacia el lado derecho y que no se retire hasta que llegue el vals, siempre y cuando no sea muy grande y moleste durante el banquete. Además, lo ideal sería buscar el equilibrio con el vestido, dando mucha importancia al estilo de la pamela si el conjunto es poco llamativo, y quitándole peso si el traje llama más la atención. La idea es que ambos conjunten y no se pisen o recarguen el look en exceso. Las diademas de brillantes también son perfectas en este tipo de celebraciones. En ambas, los recogidas son los acompañamientos ideales.
Para las bodas más desenfadadas, de corte boho o hippie, celebradas en el campo o en playas, resultan más adecuados los tocados sencillos, las coronas de flores, las semicoronas o los canotiers, dependiendo del tipo de boda.
En cuanto a las joyas, lo importante es que ninguna de ellas desbarate el conjunto. Si el vestido es sencillo, las joyas deben llevar el peso, siempre y cuando no haya complementos para la cabeza. Aunque también depende mucho del tipo de escote, pues las joyas no deben entrar en conflicto con él.
Los zapatos deben adaptarse al espacio de celebración, pues en un hotel y en una playa no caben el mismo estilo. Pero en términos generales, se pueden utilizar sandalias con o sin tacón, zapatos de tacón, cuñas, botines y hasta zapatillas si la boda tiene un toque muy informal. Pero recuerda, ¡lo importante es que el vestido sea corto![/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space][vc_column_text]Visto en: Zankyou.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]